Escuchar el Clave Bien Temperado de Johann Sebastian Bach es quizá uno de los regalos más bonitos de la vida. Y si es la versión de Glenn Gould, pues es realmente mágico. Y sé que nombrar a Bach es un poco pretencioso, y hasta intelectual. Pero vale realmente la pena sentarse a escuchar simplemente, sin prejuicios a favor o en contra, y darse la oportunidad de sentir que algo realmente grande está pasando en esos tejidos, esas notas.
Eso sí, como todo, es prudente de a poquitos al principio, para realmente disfrutar y no cansarse. Y hacer el ejercicio de sólo escuchar, sin hacer nada más, sin usarla cómo música de fondo para otras cosas.
Este es el regalo de este mes.
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